El plástico reciclado ya tiene compañero de lucha: el plástico sostenible, una realidad innovadora que no requiere de agua potable ni tierra fértil.
La contaminación por plásticos es la batalla de nuestra era. Sin embargo, investigaciones recientes muestran que, mediante cambios globales, y atendiendo todas las fases de la cadena del plástico, los residuos podrían reducirse hasta en un 80 % en tan solo dos décadas.
El plástico reciclado es el gran aliado, sobre todo para la lucha contra el coronavirus. El confinamiento y los nuevos hábitos de vida han propiciado un uso más inteligente del polímero.
¿Qué es el plástico sostenible?
El plástico sostenible se produce a partir de bioplásticos que se obtienen de recursos marinos, es decir, de determinadas bacterias y algas. Por lo tanto, se crean polímeros con diferentes propiedades y amigables con el entorno natural.
Este nuevo polímero creado en Israel utiliza microorganismos marinos para fabricar plásticos biodegradables, que no generen residuos tóxicos y sean altamente reciclables. El nuevo descubrimiento podría ser una opción altamente satisfactoria en el reciclado de plásticos. Además, sería un elemento clave para la limpieza de los océanos, sin tener que recurrir a tierras cultivables para su fabricación, ni tanto gasto de agua dulce.
Los bioplásticos pueden ser una solución a corto plazo, ya que no todos los países y las regiones del mundo disponen de suelo fértil y agua dulce en abundancia para cultivar las bacterias o las plantas. Sin embargo, el revolucionario proceso del polímero sostenible genera plástico mediante microorganismos marinos, que se transforman por completo en residuos orgánicos.
El consumo de agua: un factor importante
Existen fábricas que producen cantidades importantes de bioplástico (PHA) a partir de microorganismos que se alimentan de algas. Pueden producir cantidades industriales, pero requieren de tierra fértil y buena cantidad de agua dulce. Esto supone un escollo para países como Israel o la India que tienen escasez de agua dulce. Sin embargo, el plástico sostenible permitirá a estos países poder fabricar plásticos biodegradables con relativa facilidad.
La inversión principal está enfocada a localizar los mejores productos marinos para producir los polímeros. Es decir, las mejores algas y bacterias necesarias para producir bioplásticos de gran calidad y que se adapten a las diferentes necesidades que demanda la sociedad actual.
Los termoformados y moldes para inyección de plásticos dan un paso al frente
El plástico sostenible puede tener una gran acogida para la elaboración de piezas a partir de moldes para inyección de plásticos o termoformado. Es tiempo de cambios;, hay un auge en el transporte de alimentos desde los negocios hasta las casas ¿Y en qué recipientes viajan todos esos productos? La respuesta es evidente: en plásticos de usar y tirar termoformados, útiles para realizar los envíos oportunos. Pero conviene recordar que es un mundo embarcado hacia la sostenibilidad, por lo tanto, los termoformados deben aparecer con un 70 % de composición en material reciclado ¿Y si se pudieran fabricar termoformados rentables con plásticos sostenibles?
Los moldes para termoformado de plásticos crecen rápidamente, con una importante alza de producción que será imparable en el futuro. Debido a la alta demanda, aumenta la fabricación de piezas de plástico idénticas que deben permanecer constantes durante toda la producción y su modelado. Por lo tanto, para lograr los objetivos ambientales necesarios, los países deberán invertir en la búsqueda de novedades tecnológicas que mejoren el reciclado de los desechos plásticos.
El termoformado utiliza un molde fabricado de metal para crear y dar forma a los diferentes utensilios plásticos. Son interesante los PET sostenibles y reciclables, frente a los empaques de foam, prohibidos en Europa, pero todavía vigentes en muchos países del mundo.
El plástico llegó para quedarse y es importante descubrir elementos más eficientes y respetuosos con el planeta. El mundo ha visto que el plástico puede salvar vidas, cuida de la humanidad en tiempos de crisis sanitaria y posee una eficacia incomparable a otros materiales.
¿Por qué el plástico es tan necesario?
A la vista está: higiene, seguridad y bajos precios que lo convierten en una obra maestra para el tratamiento, la contención y la prevención de la crisis sanitaria. El plástico ha pasado de ser el enemigo, a convertirse en el mayor aliado: es noble, manipulable, aislante y resistente al ataque químico.
Los resultados actuales hablan por sí solos; se necesita el plástico más que nunca. Y en este apartado la ciencia juega un papel importante: la búsqueda de mejoras en plástico reciclado y la fabricación de polímeros sostenibles y amigables con el medioambiente.
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